La resistencia del Gobierno a imprimir billetes de mayor valor que el de $ 100 para adecuar el circulante a los valores que se convalidan en las negociaciones diarias y, de esa forma, facilitar las operaciones, le resulta cada vez más cara al Banco Central (BCRA).
El balance2012 del Banco Central comprobó no sólo que el banco acentuó fuertemente sus pérdidas operativas (y sólo logra anotar ganancias en el saldo final por ajustes contables), al pasar a operar como un simple apéndice de las necesidades del Tesoro nacional.
Además permitieron observar que una parte importante de ese quebranto respondió al aumento de 144% que la entidad debió asumir en los dos últimos años en sus gastos por emisión monetaria. Este ítem, que ya representaba el 42% del total de sus gastos generales en 2005, supone ahora el 71% de éstos.
El salto en este tipo de gastos "llega al 51% anual cuando se compara el estado de resultados del balance de 2011 con el del año pasado. Es mayor que el aumento del 43% interanual que registraron los egresos generales, lo que confirma que es un renglón que va ganando peso en la estructura general de gastos", observó el economista Gastón Rossi, director de la consultora LCG.
Rossi detalló que este fuerte salto en el costo por la impresión de billetes es "básicamente consecuencia del empecinamiento del Gobierno en no reconocer la inflación, manteniendo el billete de 100 pesos como el de mayor denominación". Pero también aportó a acelerar este gasto la masificación de la versión del billete que lleva el rostro de Eva Perón, cuya confección resulta más onerosa, por los detalles que tiene. "Hay un impacto en los números por esa decisión", reconoció una fuente del BCRA.
Vale recordar que el papel moneda que lleva la imagen de Eva había sido originalmente creado con fines conmemorativos, para conmemorar el 60° aniversario del fallecimiento de quien fuera la segunda mujer de Juan Domingo Perón. Y que, como tal, había sido diseñado con una serie de atributos que, al multiplicarse masivamente su emisión para la circulación, se vuelven costosos. Algunas de esas cualidades y el magnetismo que mantiene la figura de Eva en algunos sectores se combinaron incluso para que esos billetes resulten más apreciados como suvenires o piezas de colección en el exterior (se vendían a US$ 50 en la vereda del The Marquis Theatre de Broadway, en Nueva York, cada noche tras la función de la ópera Evita , y se ofrecen hoy a través de los portales de compras eBay o Amazon a precios que van de los 25 a los 50 dólares) que para quienes se ven obligados a darle un uso cada vez menos útil en el país, y más de una vez encuentran problemas para que les sean recibidos por temores a una falsificación.
Durante 2012, y pese al magro o nulo crecimiento de la economía (según se trate de cálculos oficiales o de mediciones privadas, respectivamente), la base monetaria aumentó 37%. Esto obligó al BCRA a poner en circulación 716 millones de nuevos billetes netos, 80% de los cuales correspondió a los de la más alta denominación. Esto derivaría meses más tarde, por caso, en el agotamiento de las letras del abecedario para designar las series de la versión clásica del billete (la que lleva la imagen del general Julio Argentino Roca), lo que se haría oficial a fines de junio del presente año. Desde entonces, los nuevos billetes de Roca, vienen con una "A" agregada a la primer letra, además de coexistir con los de Evita.
Pero en la actualidad ya el 90% de los nuevos billetes que salen a la calle son de $ 100, al punto que la oferta de billetes se ve ya notoriamente desbalanceada: de los 3766 millones de unidades de papel moneda emitidas, 2281 millones pertenecen a billetes de 100 pesos, es decir, el 61%. En 2007, antes de que Cristina Kirchner llegara al gobierno, representaban el 41% del total de la oferta.
El resto de la oferta actual se reparte entre los de $ 2 (11,3%), los de $ 50 (9,3%), los de $ 10 (8,8%), y los de $ 5 (8,1%) y los de $ 20 (1,5%) cada vez más difíciles de hallar.
La exigencia de emitir cada vez más y más billetes de la mayor denominación que contempla la oferta actual deriva, obviamente, de la pérdida de valor de éstos, producto de la sostenida y elevada inflación de los últimos años. Los últimos cálculos privados indican que para igualar el poder de compra que tenía un billete de $ 100 hace diez años se necesitan 5 billetes y medio de la misma denominación hoy. Y medido contra una moneda dura, por caso el dólar estadounidense, es el billete "más grande" en moneda local menos útil de toda la región, sólo detrás del bolívar venezolano.
"Aun si se tomara la inflación oficial de los últimos diez años se justifica un billete de 200 pesos", suele explicar el economista y ex funcionario del BCRA, Francisco Gismondi, para quien el Gobierno pareciera incluso querer ignorar hasta la tasa de inflación que mide. "Desde ya que si emitieran un billete de 500 o de 1000 pesos bajarían los costos, porque aumentaría la capacidad de emisión aun con una menor necesidad de colocar unidades en circulación, es decir, sería más eficiente", concluye.
Paradójicamente, un informe interno del BCRA, en 2009, ya aconsejaba la emisión de billetes de $ 200 y 500. Incluso se analizaba ilustrarlos con los Premios Nobel argentinos, el Perito Moreno o una imagen de un tero, para acompañar los festejos del Bicentenario. Pero la idea se archivó cuando el Gobierno decidió contratar a la ex Ciccone Calcográfica, en manos de un oscuro fondo de inversión (cuyos dueños aún hoy se desconocen) para paliar las deficiencias productivas de la Casa de Moneda, tarea que quedó en manos de los nuevos ejecutivos de esa impresora, sospechados de estrechos lazos con el vicepresidente, Amado Boudou.
Fuente: LaNación
La pregunta que nos hacemos todos: qué nos depara la economía después de las Elecciones legislativas
Los economistas pronostican que la inflación será superior al 30% en el 2014. Lo que viene es profundización del “modelo”. Anticipan nuevas medidas para restringir la salida de dólares. En contrapartida, prevén el blue más alto.

Según especialistas locales, la economía poselectoral estará marcada por una inflación anual igual o superior al 30%, una mayor devaluación del peso que redundará en la continuidad e, incluso, el endurecimiento del cepo cambiario con mayor control de las compras en el exterior y un aumento de la cotización del dólar blue en el mercado paralelo. Todo esto, acompañado por escasas alternativas de ahorro para el ciudadano de a pie.
A pedido de N&E, los economistas locales Sebastián Laza, director de la Consultora Conexión Financiera; José Vargas, director de la Consultora Evaluecon; Gustavo Reyes, economista Jefe del IERAL; Marcelo Licanic, presidente de la Fundación Desarrollo Andino y Alfredo Aciar, economista de la Fundación IDEAL, analizaron el escenario económico posterior a los comicios de este domingo y trazaron un panorama difícil para la Argentina.
A escasos dos meses de ingresar en 2014, los analistas mendocinos pronostican un 2014 poco alentador con un nivel de actividad económica pobre.
Entre los principales aspectos destacan una profundización de la inflación debido al crecimiento de la emisión monetaria que financia el aumento del gasto público y del déficit fiscal.
Vaticinan que esto impactará en el poder adquisitivo de los asalariados y acarreará fuertes reclamos gremiales el año próximo, como también, freno y/o disminución de la creación de fuentes de trabajo.
En este contexto de inflación/devaluación, el dólar seguirá siendo el “refugio” de quienes quieran resguardarse de la pérdida de valor de nuestra moneda. Por eso, la mayoría de los consultados prevé que se profundizaría el “cepo” cambiario, particularmente sobre el llamado “dólar tarjeta”, imponiendo mayores cargas y restricciones a los turistas que realizan compras con tarjeta en el exterior.
Esto llevaría al dólar blue a superar los 10 pesos para fin de año e incluso a tener picos de entre 12 y 13 pesos en la época de vacaciones, ya que mientras más cepo existe, “más dispuesta está la gente a pagar un dólar más alto”.
Con este escenario de fondo, no son muchas las posibilidades de inversión del pequeño y mediano ahorrista. Bienes durables, bonos y acciones y plazos fijos en pesos son las opciones sugeridas e incluso apostar al plan Procrear para adquirir/construir un inmueble. Lo importante es “mover el dinero y no hay que guardar los pesos bajo el colchón”.